Otra de las cosas que teníamos claro es que no queríamos hacer para los invitados el típico recuerdo de una toallita con forma de corazón, un abrelatas (la verdad es que van de maravilla, pero yo tengo ya dos de dos bodas).
Hablando con Marta, del Mas de Sant Lleí, encontramos la solución perfecta. El Regalo Azul de Unicef.
Es una manera de regalar algo a tus amigos pero ayudando a otras personas más necesitadas. Nosotros hicimos la mitad de las tarjetas destinadas a vacunas y la otra mitad destinadas a lápices. Las chicas de Unicef fueron un encanto y acabamos personalizando hasta el número de lápices que regalábamos.
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